Las Olimpiadas de la Cuenca del Salado
Deporte y acción política en
Lobos de los 70´s a través de la experiencia de TACHO SOBRERO *
Por Emiliano Maglione
A través de una charla/entrevista con Gustavo “Tacho” Sobrero me propongo rescatar la historia de las Olimpiadas de la cuenca del Salado y narrarla como ejemplo de la militancia de base desarrollada en un pueblo o ciudad pequeña como Lobos pero sin dejar de lado el contexto. Les propongo despojarse de prejuicios para leer ésta nota. Intentar sacarse las anteojeras de la continuidad y animarse a sumergirse en una experiencia personal, quizás, pero no por ello menos válida ni representativa de la militancia de base. Que no es lo que dice la TV, los diarios y las redes. Que no se trata de fanáticos desquiciados que no puede ver la realidad. Se trata sobre todo de pibs con sueños e ilusiones, que le dedican un momento de su vida o su vida entera a llevar a la práctica tanta verba.
En relación al panorama mundial, después de la experiencia de los experimentales 60, la década del 70 parecía abrirse como un abrigo. Es verdad que arrancaba con el fin de Los Beatles y de Almendra pero también con buenas noticias: Los Gatos emprendían una nueva etapa con Pappo como novedad, emergía Charly con Sui Generis, la música popular brasilera (y la música mundial) tendrán un quiebre definitivo con el tropicalismo y la irrupción del rock progresivo también dejará una marca imborrable. En el cine aparecían los primero cachetazos de F. F. Coppola, M. Scorsese, S. Spielberg y G. Lucas (los cuatro fantásticos). Tarkovsky y Kubrick salían a recorrer el universo, la violencia y la locura, mientras que Herzog hacía lo propio y rompía todos los esquemas (y la cabeza de Coppola) con “Aguirre, la ira de Dios”.
Desde lo político, lo bélico, el mundo se va a convertir en un gran tablero de T.E.G, donde las dos principales potencias —los dos grandes bloques ideológicos— se van a disputar la hegemonía del poder (¿el monopolio de los recursos?).
En lo que respecta a Oriente, comenzaba a promediar la guerra de Vietnam, Nixon no solo no iba a lograr la “paz con honor” prometidos sino que iba a lanzar su poderío sobre Camboya. Por su lado, China iniciaba un acercamiento a EE.UU frente a la incapacidad de recomponer sus relaciones con la URRS e iba a emprender una nueva etapa de relaciones diplomáticas y económicas con el Occidente capitalista. Hacia adentro, y tras los conflictos internos en la lucha por suceder a Mao Tse-Tung, se consolidarían una serie de reformas aperturistas, conocidas como "Reforma y Apertura”. Por otro lado, en Medio Oriente, Estados Unidos y la URSS también se jugaban sus fichas. EE.UU iba a desplazar al Reino Unido como garante de la seguridad en el Golfo Pérsico (de la seguridad de la circulación del petróleo, por supuesto). También iba a promocionar regímenes anticomunistas en toda la región para disputar la influencia de la URSS y apoyará a Israel en su lucha contra los países Árabes. América Latina corría con la misma suerte que Medio Oriente. Estados Unidos estaba decidido a garantizar que el comunismo no se consolide en el continente dando su apoyo a regímenes militares o gobiernos demócratas (a través de la Doctrina de Seguridad Nacional y puntualmente en LACA a través del Plan Cóndor), pero también buscando fortalecer su influencia en la economía para asegurarse los recursos a través de compañías multinacionales como la Standard Oil o la United Fruit Company (entre otras).
En un acercamiento al mapa, un zoom, se pueden comenzar a desentramar los pormenores de la enorme crisis institucional que atravesaba Argentina y por añadidura Lobos. Desde el plano político, hay que remarcar que por 15 años el peronismo fue proscripto y perseguido, tanto por parte de los sucesivos gobiernos militares como por los partidos políticos opositores, mediante los “comandos civiles”. Éstos últimos estaban compuestos, principalmente, por socialistas y radicales. Tenían como objetivo perseguir militantes o sindicalistas peronistas y vandalizar las Unidades Básicas, garantizando que no hubiese un resurgimiento peronista*. Entre 1955 y 1970, hubo una serie de repetidos golpe de Estado, incluso hubo golpes dentro de golpes. En Lobos iban a ser sobre todo Arturo Cardoner y Arturo Manenti los mejores alumnos de Aramburu y por unos meses entre 1957 y 1958 Rogelio L. B. González. A lo largo de toda la década del 60, las incansables políticas de persecución sobre el peronismo y el deterioro en el nivel de vida de la clase trabajadora dieron como resultado un fortalecimiento en la organización de base que, a medida que pasaba el tiempo, adquirió cada vez más un carácter revolucionario. En algunos casos aparecía como opción la lucha armada. Tal fue el caso del ERP, EGP, Montoneros o FAR (entre otros). No todas las organizaciones se volcaron por la opción armada. En nuestra ciudad la expresión mayoritaria en el campo nacional y popular era la de la JP, donde militaba el actor principal en esta nota: Gustavo Sobrero (Militante peronista y tres veces intendente de Lobos por el voto popular). En relación aquella ruptura Gustavo aportó:
Nosotros éramos JP. Fuimos cercanos a Montoneros pero se produce un quiebre cuando ellos enfrentan a Perón y quieren llevar adelante un proyecto a través de la lucha armada. Nosotros entendíamos que la lucha armada se justificó hasta el regreso del general Perón. Una vez conseguido ese objetivo no había motivos para que siguiese la lucha armada. Sino que había que incorporarse al gobierno popular colaborando en lo que nos habíamos comprometido anteriormente. Por eso nosotros aportamos nuestro granito de arena en la faz deportiva.
En 1973 el peronismo sin Perón (proscripto), se va a imponer en las elecciones con la fórmula Cámpora/Solano Lima (FREJULI) por 49,56 % sobre Ricardo Balbín/Eduardo Gamond (UCR) con 21,29 %. Luego de las elecciones se podía pensar en el siguiente objetivo:
Nosotros estábamos viviendo como juventud lo que se estaba viviendo en las distintas partes de nuestro país. Una efervescencia de la militancia con un objetivo claro: el retorno incondicional de Perón y a su vez con el objetivo de llegar al gobierno, que era lo realmente significativo para poder trasformar la Argentina.
En Junio de 1973 se va a producir el retorno definitivo de Perón, trágico si lo vemos con una mirada actual, pero en aquel momento resultaba muy esperanzador:
Nos dio muchas esperanzas, muchas ilusiones. En esa época de sueños y utopías sobraban proyectos. En cualquier unidad básica de la JP vos ibas a encontrar propuestas de Deporte, Cultura, Turismo, Economía, Educación.
Ya con Perón en el país, Cámpora renuncia y hace un llamado a elecciones sin ningún candidato proscripto donde la fórmula Perón/ Perón va a arrasar con un 61.85% sobre la formula Bailbin/ Fernando de la Rúa con un 24.42%. En Lobos, Rubén Sobrero (padre de Gustavo) iba a ganar las elecciones con el 35,2% frente a la fórmula Radical con un 26,34%. Una vez logrado el objetivo del retorno de Perón, el triunfo en las elecciones Nacionales, provinciales y municipales, la JP Lobense se puso a disposición de Rubén y comenzaron a trazar objetivos nuevos.
Es ese (a
muy grandes rasgos) el marco donde la JP va a germinar y luego hacer realidad
la idea de unas olimpiadas con alcance
zonal, así nacen las Olimpiadas de la Cuenca
del Salado. A partir de una
experiencia local es que luego se va a desarrollar un proyecto de
trasformación social,
empleando la política como herramienta trasformadora y en contraposición a la política como “mala
palabra”. La JP va a llevar adelante esto ad honorem, como sucede en casi toda
la militancia de base aún hoy, aunque muchas veces el sentido común, la chabacanería,
reproduzca lo contrario. Pero ¿Qué valor tiene ésta conquista? ¿Se puede hablar de algo
que repercute realmente en la vida de ls alumns? Las Olimpiadas
tienen un valor crucial que abarca muchísimos aspectos, desde las enseñanzas
que aporta el deporte o los valores que trasmite, hasta una profunda lógica de
inclusión social, teniendo en cuenta que suelen ser las Olimpiadas de la Cuenca
del Salado el primer
acercamiento al deporte olímpico de cualquier chico en la escuela pública.
Por un lado, esto repercute directamente en la formación de las y los alumnos, ya que le
permite a la educación física ganar terreno en los cronogramas escolares,
también obliga a los establecimientos a darle más relevancia al deporte (por
tanto mejores condiciones de trabajo) y
a promover la inclusión de nuevas disciplinas deportivas. Por otro lado, es una
experiencia
individual inolvidable para muchos por convertirse en un espacio
de sociabilización e intercambio de experiencias con chics de otras realidades,
pero también por resultar la primera (y a veces única) oportunidad de viajar y
conocer otros lugares de la provincia.
Quisimos abarcar y llegar con
un mensaje claro a toda la sociedad y lo hicimos a través del deporte. Lo
hacíamos con mucho sacrificio ya que nosotros nos incorporamos al gobierno y
trabajamos todos ad honorem. Las reuniones organizativas las hacíamos a la
noche porque todos trabajábamos durante el día. Yo, particularmente, estaba
todos los días desde las 8 hasta las 19 hs. ocupado con las clases en las
escuelas […] Dentro de un esquema donde
se iban persiguiendo nuevos objetivos, nosotros en primera instancia nos
dedicamos a la parte local con chicos de Primaria y Secundaria donde
organizábamos torneos de diferentes deportes como fútbol, básquet, vóley,
atletismo, softball y también incluíamos
ajedrez. Esto se llevó a cabo durante el primer año que fue el año 1973 y
tuvimos una gran repercusión ya que al final del ciclo electivo a todos
los chicos del último grado de Primaria los llevamos de campamento a Pinamar, siendo para ellos algo
importantísimo ya que muchos no conocían el mar.
Aquel torneo de “interescuelas” parecía ser la base sobre la cual se van a planificar las Olimpiadas. Lo cierto es que, como explica Tacho, el proyecto excedía lo meramente deportivo y les aportaba a ls chics otro tipo de experiencias.
Lejos de dormirse en los laureles de algo que fue un evento importante, pero en última instancia algo que respondía a lo esperable o al alcance de una agrupación política en un pueblo, fueron por un poco más.
Entrado el año 1974, en una de
esas reuniones organizativas, sale la idea de darle la posibilidad a las
generaciones más grandes de que empezaran a participar representando a su
ciudad en una gran competencia. Así
empezó a rondar por nuestra cabeza esta idea de organizar un gran
evento. Así nace la
propuesta de las Olimpiadas del Salado. Hubo muchas discusiones,
primero en la faz organizativa para ver quiénes eran las ciudades invitadas, ya
que esto se tenía que limitar porque la infraestructura de la ciudad de Lobos
tenía cierto alcance y después sobre todos los deportes que se iban a disputar
y que era un número realmente importante (aproximadamente 14 disciplinas deportivas). Luego, tuvimos que definir
las ciudades a invitar ya que esto se iba a realizar en dos días de un fin de
semanas y la distancia es algo muy importante a tener en cuenta ya que a
pesar de que nosotros logramos una organización donde le dábamos el almuerzo,
la cena y a aquellos que se querían quedar lugar donde alojarse, era
inconveniente invitar distritos que estuvieran a más de 100 km. En las primeras
Olimpiadas del Salado en el año 1974 participaron: Tapalqué, Alvear, 25 de Mayo, Saladillo, Roque Pérez,
Monte, Brandasen, Cañuelas, Navarro, Las Heras, Mercedes y Chivilcoy (12
distritos).
No sé si remontándose muchos años atrás o viniendo hasta la actualidad, es posible encontrarse con un ejemplo de capacidad organizativa, operativa y capacidad de movilización de esa magnitud en nuestra ciudad.
Hasta ese
momento la cuestión estaba encaminada desde la planificación pero ¿Cómo se hace realidad un
proyecto de esa magnitud? Es
decir, en términos materiales requería, por supuesto, una financiación. En ese
sentido las condiciones parecían inmejorables.
Una vez resuelta la
planificación teníamos que pensar en la financiación así que decidimos enviarle
una nota al Secretario de Deporte de la Nación explicándole cuál era nuestro
interés. En una semana a mi padre lo convocan a la Quinta de Olivos. Fuimos con
la expectativa lógica de recibir el subsidio. Recuerdo que me encuentro en la
entrada con el Huracán de
Mennoti (Campeón del metropolitano), con Aldo Pedro Poy y también estaba Reutemann. En el salón de actos estaba
el presidente de la confederación de deportes que era Galimi. Su hermano estaba viviendo en
Lobos y nos dio una mano. Pudimos cobrar el cheque que era de $7.000 y nos alcanzó muy bien.
Nosotros creíamos que la cosa iba por ahí pero de repente, sin estar programado,
se abre una puerta por la que aparece el general Perón y fue una gran emoción. Dio un discurso relacionado
al deporte contando de forma muy sintética lo que se había hecho en la primera y segunda presidencia. Luego
compartió un momento con nosotros y personalmente pude darle la mano y comentarle que era de Lobos. Una pequeña charla de un
instante.
La situación y el tono nostálgico con que Gustavo la narra me lleva a pensar en una novela realmente hermosa de O. Soriano que se llama La Hora Sin Sombra. En una parte de dicha novela, Osvaldo narra un muy breve encuentro entre el padre del protagonista y Perón que cierra de la siguiente manera: “Eso fue todo. El minuto imborrable de una vida. Desde entonces mi padre dejó de ser un hombre cualquiera y tuvo todo lo que le hacía falta”.
Con casi todos los puntos resueltos (hasta la financiación) sólo quedaba iniciar el proyecto. Comenzar a trabajar en cada detalle. ¿Cómo se llevó adelante?
Una vez conseguido el subsidio, el proyecto comenzaba a caminar y a tomar forma.Con toda la organización puesta en marcha tuvimos que empezar a preparar los escenarios de las competencias, contratar jueces, conseguir los diferentes elementos deportivos y poner en orden los que teníamos. Teníamos mucha ansiedad y nervios, nos habíamos puesto un desafío muy grande, participaban 12 ciudades, en 14 disciplinas deportivas y se movilizaban más de 1.400 deportistas. Para una ciudad como la nuestra recibir durante un fin de semana esa cantidad de gente fue realmente notorio, revolucionó nuestra vida pueblerina. Empezó con la ceremonia inaugural, un gran desfile con las distintas delegaciones, el encendido de la llama olímpica y los discursos de las autoridades nacionales provinciales y locales. Una vez comenzada la competencia, se podía ver simultáneamente un partido de bochas o de básquet, trasladarte y ver uno de fútbol o de vóley. Era un circuito deportivo realmente hermoso. Te puedo decir con mucho orgullo que todo salió perfecto […] La repercusión de la primera edición fue tan grande que los medios especializados las catalogaron como la actividad deportiva más importante del país organizada a nivel municipal. También sirvió para que conocieran nuestra ciudad a través del deporte.
La JP va a
organizar la segunda edición en 1975 con resultados igualmente satisfactorios
pero en Marzo de
1976 se iban a desbaratar de manera sorpresiva (o no), los sueños
de un país más justo e igualitario. Los carceleros de la humanidad, los
representantes del oscurantismo y de la cara más siniestra de
nuestra sociedad, van aprehender o masacrar a cualquiera que se
dé el lujo de soñar. Ni en la entrevista que hicimos en 2014 con Tacho, ni en
ésta, vaciló a la hora de definir el golpe de 1976:
2014
[…] En ese momento fue muy difícil. Fue algo que no se esperaba, lo sanguinario
que fue ese golpe, llevado adelante por verdaderos asesinos, porque al fin y al cabo eso
es lo que eran, asesinos […]
En marzo del 76 estábamos
organizando esa olimpiada cuando nos cae ese golpe asesino que no solo truncó
el sueño nuestro sino el de muchísimos argentinos y en particular de los
jóvenes como nosotros que teníamos muchos sueños y utopías. Todo esto fue quebrado por
la irrupción de estos golpistas asesinos que hundieron nuestra patria e
hicieron atrocidades con las vidas humanas. Tal vez, ante estas
atrocidades, las Olimpiadas constituyeron un mensaje esperanzador para el
futuro. Para aquellos que las vivieron y aquellos que pasaban el duro momento
que la dictadura le propinó
Según cuenta Gustavo, luego de la dictadura, el evento va a perder relevancia hasta que fue nuevamente puesto en valor en 2003.
[…] Con el trascurso de los
años se sucedieron los diferentes gobiernos.
El gobierno Radical del `83 no le dio la importancia que tuvieron las Olimpiadas y recién cuando nosotros
asumimos a fines de 2003, organizamos todo durante 2004 y a partir de 2005 hasta el
año pasado se vinieron haciendo ininterrumpidamente. Nosotros fuimos mejorando año
a año la participación, la organización, la inclusión de más deportes de más
distritos y finalmente se convirtió en la fiesta emblemática de nuestra ciudad.
Las palabras finales le corresponden a Gustavo, pero me gustaría cerrar con dos ideas. Por un lado pensar en cuanto trabajo queda por delante para reconstruir nuestra historia reciente, nuestros relatos como lobenses. Esa narrativa está ahí, en la memoria de generaciones a las cuales impera acercarles un oído, porque un pueblo sin relato es un pueblo vacío. Por último quiero resaltar, más allá de las coincidencias o diferencias que alguien puede tener con Tacho (tras 12 años de gestión), que él es un político de excelencia en nuestra ciudad y con una gran formación que vivió por y para la política. Pude rescatar, en tiempos de paracaidismo político, donde a algunos les llegan los puestos por el efecto residual de negociaciones internas de partidos casi extintos, que (con sus errores y aciertos) es uno de los últimos ejemplos de militancia de base en Lobos.
Como
conclusión final te puedo decir que esa experiencia fue altamente positiva en
lo social, también desde el aspecto deportivo y además la integración que hubo
en las distintas ciudades. Por otro lado fue satisfactorio en tanto nosotros
teníamos un objetivo superior y era que esto sirviera de ejemplo para los más
chicos, para que ellos tuvieran ese incentivo de poder representar a su ciudad
deportivamente y sobre todo hacíamos mucho hincapié en nuestro lema que generalmente los buenos deportistas resultan
buenas personas. Entonces ese
aspecto formativo era para nosotros, para hacer una sociedad mejor, total y
absolutamente indispensable […] Fue un claro ejemplo de militancia, de compromiso, donde
se ponía en práctica la
concepción de vida que teníamos los justicialistas o los jóvenes peronistas.
Tacho
*Todas las citas
son textuales de dos entrevistas que mantuve con Gustavo. La primera en 2014 y
la segunda en el mes de Octubre de 2020
*Resistencia e
Integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina. Daniel James